lunes, 17 de noviembre de 2014

Estocada a la democracia

Igualdad entre todos ¿Por qué? No todos nacemos iguales, ni somos iguales. No hay ningún precepto que, por naturaleza, se tenga que respetar en ningún ser humano. La igualdad es sólo una exigencia más que hacemos en base a nuestros principios éticos, es sólo una decisión moral. Una decisión de cobardes, de débiles.

No somos iguales y espero que nunca lo seamos, pero es por la desigualdad que algunos son capaces de ver desde arriba al resto, quienes enfadados por no ser ellos quienes estén ahí deciden que lo más correcto es la igualdad. Tienen miedo de no sólo no estar por encima de los demás si no de estar por debajo, por eso desean la igualdad, no por estar convencidos, por debilidad.

Lo que desata toda esta farsa creada por los débiles es la libertad. Cuando la espada de la libertad pende sobre nosotros, o más bien cuando conseguimos darnos cuenta de ello, pues siempre ha estado ahí, es que surge ese miedo a estar por debajo de los demás, es entonces cuando todos los débiles que perecerían a merced de la afilada espada se unen para luchar contra ella.

Con mucho esfuerzo crean un gran escudo llamado represión y a su sombra bailan contentos mientras cantan que es así como el animal se hace humano, destruyendo la espada con su escudo. Pobres, no saben que la espada tenía nombre antes aún que su escudo, es un nombre que retumba en sus corazones y que les hace temblar de miedo, es la afilada espada de la libertad, es Humanidad.

También ocurre otra cosa, y es que, a la sombra del catastrófico escudo, alimentandose de escoria, crece en esa falsa humanidad un rastro de la verdadera y todos y cada uno de los débiles miembros del rebaño empiezan a desear empuñar aquella magnífica espada a la que tanto temen. Nadie desea que esa espada esté afilada para que no puedan hacerles daño, excepto si consiguen empuñarla. Sólo quieren esgrimir su libertad contra los demás y ser aceptados como soberanos.

Y esto es lo que pasa con la democracia, que todos son débiles y por eso deciden por mayoría. Así es como se hacen más débiles y terminan por no decidir nada. Porque tienen miedo de la mayoría, como dijo Maquiavelo "Todos ven lo que pareces pero pocos sienten lo que eres y esos pocos no se atreven a oponerse a la opinión de la mayoría". Nadie irá solo por el camino correcto, todos preferírán ir por el camino malo para ir acompañados, aunque lo sepan.


Obviamente no somos iguales, y esa farsa de igualdad que ostentamos sólo sirve para hacernos daño. La democracia es sólo una capa de grosor más a ese escudo que acaba aplastando a quien se refugia en él. No todos somos iguales, no todos valemos lo mismo.

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