jueves, 27 de noviembre de 2014

La verdad tras su nombre: dos sentidos y medio.

La verdad, ese gran concepto. Ese concepto que nadie sabe qué conceptualiza. ¿La correspondencia de lo enunciado con la realidad? ¿La realidad misma? ¿La correspondencia de lo enunciado con unas reglas sobre el lenguaje, la lógica o un método para enunciar? A mi entender, la verdad no es un concepto con un único significado.

La verdad es una herramienta, es un medio. Pero también tiene en ella su propio fin, el fin de la verdad es ser usada como medio. La verdad es un concepto que usa el hombre para indicar a ella misma. ¿Qué quiere decir esta frase? Quiere decir, o quiero decir, que la verdad no indica la realidad si no que indica un acuerdo. Todo cuanto es verdad está acordado. La verdad es acuerdo, pero si profundizamos más, llegamos a una división, pues no todos los acuerdos son iguales. Podemos dividir la verdad en normativa y metodológica. La segunda englobando a la primera.

-La verdad como norma: este acuerdo consiste en entender la verdad como ajuste o correspondencia con ese acuerdo. Aquí tenemos varios modos de ver la verdad. Por ejemplo, atender a ciertas reglas por las que cualquier producto de ellas son verdad (lógica, matemáticas), atender a unos valores tales como sentido, intencionalidad y significado que miden la verdad (lenguaje), atender a creencias de las que se desprenden los métodos de acceder a su verdad (religión). En definitiva, atender a unas normas de caracter social, religioso, municipal, tradicional, útil... que hacen que el objeto de su norma, cuando se corresponde con ella o la sigue, se convierte en verdad o de carácter verdadero. "1+1=2" es verdad ateniendose a las normas de las matemáticas, "Mi gorro es rojo" es verdad ateniendose a las normas del lenguaje, que un unicornio de tres cuernos incoloros y rosas a la par que invisibles que está emplazado siempre en un lugar indetectable es el responsable de la lluvia es, además de ridículo, verdad ateniendose a las normas de tal secta.

Nos damos cuenta de la normatividad de este tipo de verdad, pero también de la gradación conforme a su relación con lo que llamamos realidad. La verdad matemática no necesita de nada más que su norma, no necesita de la realidad. La verdad lingüística necesita, además de su norma, una convención de la realidad. Necesita normativizar lo que es rojo, lo que es gorro, lo que referimos. Se implica más con la realidad. La verdad religiosa tiene como norma su propia convencion de la realidad, a normativizado todo, de modo que hay un correspondencia entre la realidad según su norma y la norma misma, así como todo producto de ella.

-La verdad como método: todo acuerdo es temporal, incluso cuando hablamos de verdad religiosa, pues puede ser cambiado. Pero este segundo tipo de acuerdo, se establece intencionalmente como temporal. Es decir, que, a diferencia del anterior, pretende su temporalidad. En el anterior vemos incluso como "los gorros rojos se llevan con chaquetas negras", un enunciado de moda, que sabemos y estamos casi seguros (si se puede estar seguro de algo totalmente) que su verdad no va a durar ni un año, se establece como algo definitivo. En la verdad como método no, aunque después conlleve el creer en su vigencia permanente.

La máxima expresión de la verdad como método es la ciencia. La ciencia es una actividad que está en estrechísimo contacto con la realidad. La realidad está oculta a nosotros, pues estamos limitados a lo que podemos percibir y a lo que podemos entender, a lo que podemos aprehender. Así que la verdad no se puede corresponder con la realidad, pero podemos tomar nuestra máxima representación de lo que es la realidad como la verdad. Esta verdad es la metodológica.

¿Cómo funciona? Pues asimilando una serie de enunciados, teorías, representaciónes... que llamamos verdad y hacemos corresponder a la realidad. Entonces se mira la verdad (y algunos se quedan aquí, o usan este parón para fundamentar su verdad normativa) y se sigue investigando, ya sea de modo puramente empírico, puramente racional o de cualquier modo que se pueda. Se investiga y se llegan a nuevas conclusiones, a una nueva definición de la realidad. Entonces la verdad cambia.

Es decir, que la verdad metodológica se usa como correspondencia temporal con la realidad, de modo que nos permita crear un método de investigación para ahondar más en ella. Por ejemplo, tomamos como verdad que con la suficiente fuerza un objeto puede escapar de la acción de la gravedad terrestre. Después tomamos como verdad que esa fuerza sea X y que mi coche tenga una fuerza de X+200. La verdad normativa nos daría unas normas según las que todos estos enunciados serían verdad o no. Lógicamente, mi coche puede escapar de la acción de la gravedad terrestre, pero ¿por qué no lo hace? Por dos razones principalmente, por el ángulo en el que alcanza la fuerza X y por la necesidad del coche de un terreno sobre el que las ruedas permitan mantener la fuerza, ángulo...

La verdad metodológica que ha tomado (tal y como la normativa lo hace) una verdad como lo que se adecúa a la realidad, ahora adecúa otro conjunto de teorías, conceptos, etc a la realidad. En este caso, que el coche no puede escapar a la acción de la gravedad terrestre, lo hace el cohete. De este modo, siguiendo cualquier método que siga, se encuentra con una adecuación "más fiel" a la realidad. ¿De modo que siempre se acerca más la verdad a la realidad? No, podría llegarse al punto en que una teoría invalidada invalide también todo lo admitido como verdad hasta entonces.

La verdad es el concepto usado para designar por consenso la adecuación con la realidad y que puede ser usado como norma que defina cómo se hace corresponder la realidad bajo esa misma norma o cómo método para definir la realidad misma mediante la correspondencia con ella. Es decir, se puede usar como una cualidad que tiene algo o se puede usar como intención.

En el primer caso sólo denota adecuación o correspondencia. En el segundo caso es una actividad, una forma de vida, el modo de ser de la ciencia. Y cuidado, no es ciencia todo aquello que salga de la mente de un tipo con bata blanca ni sólo aquello que haga. Ciencia en el sentido de disciplina que busca la realidad, es decir, la verdad. Por eso la verdad en segundo término es un consenso, una actividad y una correspondencia con la realidad, englobando al primer término.

La realidad está velada (cubierta por un velo) por la complejidad de la realidad en relación con lo limitado de nuestra capacidad de aprehensión. El desvelamiento de la realidad es la alétheia, término que da título a este blog. Este acto de desvelamiento es la verdad (entendida en segundo término, es decir, como método). Si se puediera llegar a un desvelamiento total de la realidad, la verdad equivaldría a la realidad y la realidad sería norma para la verdad, convirtiendose la verdad en un tipo de verdad normativa y abandonando por completo la verdad como actividad, como desvelamiento, como método. ¿Puede suceder ese desvelamiento total? Se pretende, pero a mi juicio no se podrá conseguir. Nunca veremos la realidad, así que debemos conformarnos con una realidad a medida, con nuestra verdad, con nuestra alétheia.


Este es el sentido que le doy a la verdad. El título lo defiende, alétheia como actividad y cuentagotas como método específico de uso. Es decir, una actividad dada poco a poco, una actividad que tiene que ver con la verdad. La reflexión como método de verdad. Entradas que permiten reflexionar.

lunes, 24 de noviembre de 2014

¿Qué es el ser humano?

¿Qué es el ser humano? No os confundais, no hablo del hombre si no de algo más (o menos). Pregunto sobre esa cualidad, propiedad o característica que nos hace decir que el hombre es "humano".

Sólo hay una ocasión en que usamos "humano" para hablar de algo que no sea el hombre, si os dais cuenta, siempre que la usamos fuera de nosotros es en ocasiones en las que animales tienen un comportamiento que calificamos de "humano". También lo usamos al respecto de algunas de nuestras creaciones, como en novela o serie de televisión, para remarcar que tal o cual personaje es "muy humano". Incluso a veces lo usamos respecto a extraterrestres, animales de fantasía o robots. Decimos que algo es humano siempre como comparación con nosotros, con el hombre. Ser humano es ser de una manera, es comportarse de una manera.

Podreis estar pensando en otra ocasión en que usamos "humano", y es cuando decimos que la malicia, el altruismo, la avaricia o la esperanza son "muy humanos". Viene la comparación otra vez, decimos que en comparación con otros seres, el ser humano muestra (o muestra más) estas cosas. Otra vez el comportamiento, el ser humano es un ser que se comporta con estas características.

No podemos llegar a ninguna conclusión que no sea que "humano" es una característica que engloba muchas, tantas a mi entender, que resulta imposible (o al menos complicadísimo) comprenderlas todas en una definición. Aún así somos capaces de intuirlo, de saberlo de alguna manera. Si nos mostraran a un alien que se comporta tal y como lo hace el hombre, sin duda diríamos que es humano. Entonces es algo que puede tener otra forma de vida, un comportamiento.

Un robot tan sofisticado como los que podemos encontrar en la ciencia ficción, una forma de vida basada en el sílice, una mente sin soporte físico de ningún tipo que esté formada simplemente por información, un hombre que ha construido su propio cuerpo con técnicas avanzadísimas de genética... todas estas cosas podrían tener la característica de ser humanos. Es decir, que si alguna vez hubiese otro ser (que no sea el hombre) al que llamemos humano, ya no seríamos "el ser humano", pues habría más de un ser con esa cualidad.

Por otra parte, también podríamos encontrarnos con un ser inteligente que de ninguna manera podría nunca nadie considerar sus acciones como "humanas". Una lógica distinta en todo cuanto hace, pero aún así altruista (por ejemplo). ¿Diríamos entonces "qué humano"? No. Es decir, que el comportamiento que llamamos humano no es una simple colección de adjetivos o procedimientos "humanos". Es algo más. Diríamos que es uno de esos casos donde 1+1 no es igual a 2, donde 1+1 es algo nuevo, y ese algo es "humanidad" (o su equivalente al ser altruista que no es humano).

Así, "humano", es un comportamiento que engloba ciertas formas de actuar pero que no se reduce a la suma de ellas y que no guarda relación con la realidad física del hombre.

El hombre es humano, pero no nace humano. El hombre se hace humano, y se hace hombre porque se hace humano. Un Homo Sapiens no es humano ni tiene que serlo, no está determinado naturalmente para serlo, no es una naturaleza. A lo sumo, puede estar condicionado naturalmente (y socioculturalmente en el momento de nuestra historia en que estamos) o tener ciertas aptitudes que sirvan como precondición. El Homo Sapiens tiende a ser humano y transciende así su naturaleza, haciendose El Hombre, que de hecho es humano y actualmente El Ser humano.


Vivimos de una manera particular, seguimos ciertos comportamientos concretos, tenemos una actividad especial. Hacemos la vida humana porque actuamos como humanos y tenemos comportamientos humanos.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Diálogo sobre el arte

-¿Qué es arte?
-¿Qué es? Pues a la fuerza debe ser algo, y no sólo algo si no también algo producido.
-Cierto es que debe ser algo, pero no entiendo por qué debe ser algo producido.
-¿Si no ha sido producido es algo?
-A lo sumo pensamiento sin plasmar siquiera como palabras.
-Exactamente, entonces pues, debe ser algo producido. Pero no sirve cualquier tipo de producción, debe ser intencionada.
-Entonces aquello que diríamos que es natural no puede ser arte.
-Claro, pues estamos hablando de una disciplina y no de una cualidad, de modo que se debe tratar de algo que no podría producirse naturalmente.
-Pero debe haber alguna especificación más, o prácticamente todo lo que hacemos sería arte.
-Así es. El siguiente paso en esta criba es acudir a la intención con la que se hace.
-¿Por qué?
-Si produces un objeto con el fin de usarlo para otra cosa no es arte.
-Entonces sería arte sólo aquello producido con ello como propio fin.
-Exactamente.
-¿Y si vendes el arte dejaría de serlo?
-No, el dinero, reconocimiento, regalos o demás cosas que consigas es un fin añadido.
-¿Y si haces el arte para venderlo?
-Haces el arte, y lo vendes porque hay una industria de ello.
-¿Y un zapatero? Hace zapatos y los vende porque hay una industria de ello.
-Se usan zapatos por moda, necesidad, deporte, etc. Pero el arte no se usa, sólo se admira. No entra ni en la categoría de entretenimiento.
-Entonces el arte es cualquier cosa que se produzca intencionadamente y con ello mismo como fin.
-Tal como dices.
-Pero antes has dicho que era una disciplina, así que debe tener alguna regla o colocar un zapato sobre una televisión sería arte.
-Ciertamente. Hay que añadir reglas, y esas reglas salen de su propia constitución como arte.
-¿Cómo sucede?
-Primero se produce algo que cumpla lo que hemos acordado antes. No hay reglas, así que cualquier cosa podría serlo. Entonces entra la llamada belleza.
-¿Qué es la belleza?
-No es más que una palabra para obligar a los demás a obedecer un gusto.
-¿Qué gusto?
-Cuando la cosa, por sí misma y no por algún efecto, crea un cierto sentimiento de placer (o incluso podría ser de otra índole. Es discutible.) en un número considerable de personas; es decir, cuando la cosa gusta a un número considerable de personas.
-¿Y tras ese estado?
-Se crea un movimiento a su alrededor. Este movimiento produce imitaciones, estilos, alternativas, modelos, etc. Y de ese conjunto se crean técnicas. Esas técnicas son las reglas que lo convierten en una disciplina y por tanto en un arte.
-¿Entonces ya no habrá más arte que aquello derivado de la invención original?
-Lo habrá.
-¿Cómo? La técnica establecerá cuáles se consideran buenas y cuáles malas.
-La técnica, como dices, establece si esa cosa es buena o es mala en base a sus reglas deducidas del original e independientemente del gusto. En este punto ya tenemos arte, que incluye tanto al original como a las producciones consideradas buenas por la técnica. Pero se puede volver a repetir el proceso.
-¿Dices que puede producirse otro original tan distinto y extraño a las reglas de la técnica pero aún siendo arte?
-Por supuesto. Si se produce algo que cumpla aquellos principios que acordamos (producido intencionadamente con ello mismo como fin), no guarda ninguna relación con las reglas impuestas por la técnica (y digo que no guarde relación, no que estén mal aplicadas) y consigue gustar a un número considerable de personas tal que se crea una disciplina a su alrededor.
-Sólo tengo dos dudas. ¿Quién dice cuándo gusta algo lo suficiente y quién decide las reglas de la técnica que conforman la disciplina?
-Nadie decide sobre el gusto. Simplemente gusta y se empieza a crear un movimiento de producción de ejemplares tomando como punto de partida el original que acaba desembocando, mediante el gusto, en una estructuración de la disciplina y las reglas que la componen.
-¿Como una ciencia?
-Ni de cerca. Sólo se mide su funcionalidad, la realidad no tiene nada que ver a la hora de fijar las reglas. Es más como una ingeniería, da igual la realidad mientras funcione.
-Pero hay obras técnicamente correctas que no gustan y viceversa.
-En ese punto ya no importa el gusto, sólo la técnica. Se considera el gusto para crear las reglas y después se siguen sin tener en cuenta el gusto.
-Entonces, la disciplina, una vez estructurada, si es parecida a una ciencia.
-Tampoco, pues se crean obras siguiendo estrictas normas pero no son ellas mismas el contenido. Es decir, que no se usan esas reglas para producir reglas, se usan para producir otra cosa. Las reglas se usan como un molde en el arte y como base en la ciencia. Y el producto en la ciencia son reglas, pero no en el arte, pues ya están establecidas.
-Pero para producir las reglas de la disciplina , la técnica, no se usa ni la funcionalidad (como se hace para la disciplina en sí) ni unas reglas ya fijadas (como para los productos de la técnica).
-Así es, se usan reglas lógicas básicas tales como la deducción para llegar a otras más específicas que constituirán la técnica. Es en este punto donde se encuentra su único parecido con la ciencia.
-De acuerdo. Ahora queda saber quién decide esas reglas. Imagino que debe ser una clase de científico que, usando los principios básicos de la razón, investigue todas las muestras y logre crear una estructura de reglas que las comprenda a todas.
-Así es. Pero dejemos de llamarlos científicos, pues sólo se llama comúnmente así a los investigadores de las ciencias más matemáticas, las llamadas "ciencias duras" que es a lo que se suele referir actualmente con "ciencia". Son pues, investigadores. Trasladando la labor de investigación al lenguaje actual podemos afirmar quiénes se encargan de decidir las reglas de la técnica de una disciplina artística. Los historiadores, en este caso, historiadores del arte.
-Entonces se produce algo intencionalmente con ello mismo como su fin, ello crea el gusto por ello mismo, el gusto crea un movimiento, ese movimiento crea subproductos del producto original, los subproductos crean historiadores, los historiadores crean unas reglas, esas reglas crean una técnica, la técnica crea una disciplina, la disciplina constituye finalmente al producto como arte y posteriormente también a los subproductos que mejor se adapten a las reglas de la técnica.

-Así es. En el arte sólo hay gusto y técnica.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Estocada a la democracia

Igualdad entre todos ¿Por qué? No todos nacemos iguales, ni somos iguales. No hay ningún precepto que, por naturaleza, se tenga que respetar en ningún ser humano. La igualdad es sólo una exigencia más que hacemos en base a nuestros principios éticos, es sólo una decisión moral. Una decisión de cobardes, de débiles.

No somos iguales y espero que nunca lo seamos, pero es por la desigualdad que algunos son capaces de ver desde arriba al resto, quienes enfadados por no ser ellos quienes estén ahí deciden que lo más correcto es la igualdad. Tienen miedo de no sólo no estar por encima de los demás si no de estar por debajo, por eso desean la igualdad, no por estar convencidos, por debilidad.

Lo que desata toda esta farsa creada por los débiles es la libertad. Cuando la espada de la libertad pende sobre nosotros, o más bien cuando conseguimos darnos cuenta de ello, pues siempre ha estado ahí, es que surge ese miedo a estar por debajo de los demás, es entonces cuando todos los débiles que perecerían a merced de la afilada espada se unen para luchar contra ella.

Con mucho esfuerzo crean un gran escudo llamado represión y a su sombra bailan contentos mientras cantan que es así como el animal se hace humano, destruyendo la espada con su escudo. Pobres, no saben que la espada tenía nombre antes aún que su escudo, es un nombre que retumba en sus corazones y que les hace temblar de miedo, es la afilada espada de la libertad, es Humanidad.

También ocurre otra cosa, y es que, a la sombra del catastrófico escudo, alimentandose de escoria, crece en esa falsa humanidad un rastro de la verdadera y todos y cada uno de los débiles miembros del rebaño empiezan a desear empuñar aquella magnífica espada a la que tanto temen. Nadie desea que esa espada esté afilada para que no puedan hacerles daño, excepto si consiguen empuñarla. Sólo quieren esgrimir su libertad contra los demás y ser aceptados como soberanos.

Y esto es lo que pasa con la democracia, que todos son débiles y por eso deciden por mayoría. Así es como se hacen más débiles y terminan por no decidir nada. Porque tienen miedo de la mayoría, como dijo Maquiavelo "Todos ven lo que pareces pero pocos sienten lo que eres y esos pocos no se atreven a oponerse a la opinión de la mayoría". Nadie irá solo por el camino correcto, todos preferírán ir por el camino malo para ir acompañados, aunque lo sepan.


Obviamente no somos iguales, y esa farsa de igualdad que ostentamos sólo sirve para hacernos daño. La democracia es sólo una capa de grosor más a ese escudo que acaba aplastando a quien se refugia en él. No todos somos iguales, no todos valemos lo mismo.

lunes, 3 de noviembre de 2014

¿Qué es la felicidad?

¿Qué es la felicidad? ¿Está en cada uno o depende de algo externo? Igual que no creo que exista una cosa llamada "belleza" o una cosa llamada "bien" tampoco creo en la existencia de una cosa llamada "felicidad". Para mí, estas palabras no designan algo, si no más bien, describen algo. Es por esto que puede ser entendida de muchas maneras, puede ser tanto "una iluminación del alma" como "una completitud del recorrido de la vida" o "un perro con seis patas". Lo que quiero decir es que una palabra es sólo una palabra y se puede utilizar de muchas maneras.

Yo no voy a dar una receta para ser feliz, ni voy a intentar describir lo que significa "realmente" la palabra "felicidad". Lo que pretendo en esta entrada es simplemente escribir sobre ello sin más, y de paso intentar que el lector se pare al menos un minutillo a replantearse su idea de felicidad.

Hay muchísimas teorías sobre la felicidad, y muchas coinciden en posicionar la felicidad como algo fuera de uno mismo. Las teorías de corte religioso son terriblemente patéticas, pero las que hacen que la felicidad se encuentre en otras personas, otros seres vivos o incluso en objetos inanimados, me parecen también una tontería. ¿Por qué? Vamos a ello.

Pondremos como ejemplo una teoría que afirma que la felicidad se encuentra en tener mucho dinero. ¿Por qué es una tontería? Pues porque si creo que soy feliz por tener mucho dinero, es algo que se encuentra en mí, soy feliz porque creo que soy feliz por el dinero, o porque el dinero me causa algún tipo de emoción que "me hace feliz". Pero sea cual sea la emoción que te cause algo externo, desde el amor más inocente hasta el placer más sádico, es una emoción que se encuentra en tu cerebro y no una cualidad que tiene ese algo externo, porque si no, se lo causaría a todo el mundo.

Así que me pongo del lado de las teorías que afirman que esa cosa, sea lo que sea, que llamamos felicidad de formas tan diferentes, está en uno mismo. El principio de felicidad está en cada uno, pero esto no quiere decir que no necesitemos de algo externo, sólo que la felicidad, sea lo que sea, no es una cualidad de algo externo.

Como dije en una entrada anterior, Aristóteles creía que la felicidad es una actividad, la actividad para la que el hombre es bueno, lo que en Aristóteles quiere decir "una forma de vida para la que el hombre es bueno". La actividad suprema es la filosofía. ¿No puedes ser feliz si no entregas tu vida a la filosofía? Yo digo que no, y entiendo lo que dice Aristóteles no como la única manera de ser feliz, si no como la manera más noble, por decirlo de alguna manera, de ser feliz. ¿Por qué? Pues siguiendo su razonamiento, porque el hombre es bueno, por encima de todas las cosas, para el uso de la razón.

También se desprende de la idea de felicidad de Aristóteles que es el fin al que tiende toda vida, haciendo falta para alcanzar este fin varias cosas tales como autodisponibilidad (o libertad), lo que nos da a entender que la felicidad se consigue tras dejar de lado cosas de la vida humana tan básicas como la satisfacción de necesidades, por lo que es algo de carácter más bien puro o noble, si hay que llamarlo de alguna manera. En resumen, para Aristóteles, la felicidad es la virtud del hombre, aquello para lo que es bueno el hombre, la vida filosófica.

Yo creo que la felicidad aristotélica no está al alcance de todos, pero que hay una felicidad al alcance de cualquiera. Creo que la felicidad es una actividad o un estado (que no necesariamente debe ser continuo) que depende de cada uno, de acuerdo a lo que uno mismo se propone como felicidad, a lo que cada uno se propone como "el sentido de su vida", como para lo que cree que es bueno. Todo depende de una propia moral que te dice lo que eres a través de cómo debes comportarte.


La conclusión que el lector debería sacar de esta entrada está muy clara desde el principio. Es preguntarse ¿Qué es la felicidad?
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